No puedo evitar plantearme una pequeña reflexión sobre la aprobación de la LOMCE en el Consejo de Ministros como Proyecto de Ley. Y es que no sé hasta qué punto esta aprobación se considera definitiva por parte de los movimientos sociales o qué ocurre.
Lo digo porque no son pocas las personas de mi entorno que han llamado a la huelga hace bien poco (la del 9 de mayo) y que recientemente se han derrumbado psicológicamente ante el anuncio, afirmando cosas del tipo "así (de pésima) será la Educación a partir de ahora". Y creo realmente que, para lo pendiente que está tanta gente de lo que hace el Gobierno últimamente, muy poca gente conoce realmente cuáles son los pasos para aprobar algo, y menos una Ley Orgánica, como es el caso.
Un simple vistazo a la Wikipedia nos permite ver qué es un Proyecto de Ley. A diferencia de los Reales Decretos-Ley con los que nos amenizaron sin duda el primer año de legislatura, una Ley no puede aprobarse en el Consejo de Ministros y que entre en vigor sin más. Y si hablamos de una Ley Orgánica, como la que nos ocupa, que tiene unos requisitos y tiempos extra, menos todavía.
¿Qué pretendo con esta exposición? Quejarme del desconocimiento y de la falta de inquietud por saber cómo se gestionan estas cosas en la política por parte de los eternos renegados del sistema. Yo niego lo que dicen sobre que ahora es cuando ya está todo perdido: ¡ahora es cuando viene lo bueno! Ahora es cuando la norma ha entrado al trámite parlamentario, que es donde se debate realmente y donde el Congreso y el Senado determinarán si la LOMCE se aprueba tal cual o si se somete a modificaciones.
En otras palabras, que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte haya sacado adelante la LOMCE en el Consejo de Ministros era precisamente lo normal: tiene una intención para la Educación y, tras deliberar consigo mismo, lanza la propuesta al Parlamento. Y ahora es cuando realmente las presiones de los partidos políticos de la oposición entran en juego, con debates en las Cámaras de Representantes y toda esa parafernalia a la que la gente parece que no quiere prestar atención, pero que es más importante que ese Consejo de Ministros que cada viernes parece que solo nos da malas noticias.
Así pues, amigos huelguistas y protestones del mundo, ¿se ha acabado la lucha? No, precisamente ha empezado ahora... salvo que para vosotros la lucha fuera simplemente montar una gran manifestación con la que detener una reforma educativa. Si ese era vuestro único objetivo, entonces ya habíais perdido hace tiempo, porque más allá de estas fechas sabéis que es imposible hacer algo ya hasta el próximo curso.
Pero bueno, que eso también depende de cómo quiera cada cual orientar sus propuestas: puedes simplemente negarte a todo dando tus motivos, o puedes proponer incluso alternativas. Hoy por hoy, todos esos movimientos sociales que reclaman ser más representativos que el Congreso de los Diputados carecen precisamente de esa labor esencial en la política: proponer alternativas reales a las que se debaten en las Cámaras, y así, sinceramente, no sé a quién pretenden convencer ni con qué.
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Un par de cuestiones a esta entrada.
La primera es que no se me olvida que en las Cámaras hay una onerosa mayoría absoluta por parte del partido del Gobierno, y que con las cosas así no es que el texto vaya a cambiar demasiado; soy plenamente consciente de ello. Pero ello no quita, creo, para que la queja que planteo sea legítima; el desconocimiento sobre los tiempos y los trámites es mayúsculo, cuando se trata de gente que quiere "parar una Ley".
En cuanto a la segunda, por si alguno quiere sacar de contexto mis impresiones, no estoy nada a favor de la LOMCE, dado que me parece un enorme retroceso en algunos aspectos que, además, dejan sin solucionar aún los grandes problemas de la Educación en España. Ahora bien, la "guerra" generada por un notorio sector que tampoco está a favor me parece, ante todo, carente de inteligencia y estrategia de cara a vender la reforma como mala, y es lo que pretendo dejar patente aquí.
Se te olvida lo principal desde mi punto de vista, y más con los antecedentes. Si hay cambio de gobierno en 2015 (sólo faltan 2 años y medio) seguramente le pase como a la reforma de Aznar: vamos, que vengan otros y lo tiren para atrás. Con las encuestas actuales esto no sería para nada raro. Aunque como nos encontremos algún reseñable y verdadero brote verde, y más conociendo a la Spanish People, mi gozo en un pozo. Jajajaja.
ResponderEliminar¡Saludo!
Es que eso da para una crítica general al PPSOE que abarcaría varias entradas de un blog serio (aunque quizá no tanto en el mío). Pero bueno, al final no es más que prolongar lo que ya nos pasó a nosotros y que les pasa a todos los críos, que pasarán por varios planes de estudios y ni se enterarán. ¿O no te acuerdas de cuando empezamos en EGB y de repente estábamos en 3º de Primaria?
EliminarY lo de los brotes verdes... ya pueden darse prisa en que aparezcan, sobre todo después de la última encuesta de Metroscopia.
¡Saludos!