20 de mayo de 2013

De máximos representantes con intereses particulares

Uno de mis temas favoritos en representación estudiantil, al menos como la he entendido a partir de mi participación en mi Delegación de Alumnos, en mi Consejo de Estudiantes y en RITSI, es el que se refiere a los órganos de representación de todo el colectivo de estudiantes, una representación que, entendida así, debe ejercerse desde el respeto y la portavocía a la pluralidad de opiniones, puesto que el representante de turno deberá dar voz a sus compañeros de la manera más inclusiva posible.

Pero claro, esto se aplica a órganos de representación. Parece una obviedad, pero resulta que es llegar al CEUNE y se nos olvidan las principales características de un órgano de este tipo, con lo que empezamos a decir una parida tras otra y a nadie parece importarle.

El Consejo de Estudiantes Universitario del Estado (CEUNE) es, según consta en el art. 47 del Estatuto del Estudiante Universitario (Real Decreto 1791/2010), el órgano de deliberación, consulta y participación de las y los (sic) estudiantes universitarios, ante el Ministerio de Educación. ¿Veis la palabra "representación" por algún sitio? Pues eso.

A pesar de tratarse de un órgano de interlocución y no de representación, no han sido pocas las voces que no han entendido esta diferencia. Empezando por Angels Alegre, una mujer muy maja que fue Subdirectora General de Atención al Estudiante y Orientación Profesional durante el mandato de Ángel Gabilondo como Ministro, y con la que tuve una notable discusión en un foro en Valencia a este respecto hace un par de años, ha sido mucha la gente que se ha referido al CEUNE como la máxima representación de los estudiantes universitarios, a lo que yo les contestaba que el CEUNE es un foro representativo (acepción 2), pero que no representa a nadie de iure.

Porque la lógica es muy simple. Si el CEUNE fuera el máximo órgano de representación a nivel estatal, su presidente sería el máximo representante de los estudiantes. Pero resulta que este órgano lo preside el señor Ministro, lo cual es normal como órgano de interlocución, pero una aberración como órgano de representación (salvo que estés en la Universidad de La Laguna, en la que el Rector tiene una forma peculiar de ver las cosas).

Otro ejemplo de lógica aplastante. El CEUNE es un órgano creado como un copia-pega del Consejo de Universidades, órgano que reúne a los Rectores con el Ministro. De igual forma, el Ministro no es el máximo representante de las universidades, y en este caso hay un contraejemplo clarísimo: los rectores (casi todos) están en una asociación que los reúne, denominada Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), cuya presidente y representante de todo el grupo es la Rectora de la Universidad de Málaga, D.ª Adelaida de la Calle.

Pero bueno, que me estoy enrollando mucho para una cuestión meramente introductoria.

El tema es que el CEUNE tiene un Vicepresidente 2º elegido de entre los estudiantes miembros de su Pleno (máximos representantes de cada universidad) para ser el contacto directo con el Ministro y su equipo. Y el que salió elegido la última vez que hubo elecciones (en julio del año pasado) fue Gabriel Martín, Delegado de la Universidad Carlos III de Madrid.

Resulta que este chico es de los que se cree que por ser Vicepresidente 2º de un órgano de interlocución ya es el máximo representante de los estudiantes universitarios, como de hecho podéis comprobar en la descripción de su Twitter. Pero, además, resulta que en su tiempo libre se dedica a ser miembro directivo en las Nuevas Generaciones del Partido Popular y a elogiar no pocas medidas de las que el Ministro Wert ha sacado adelante.

Y aquí detecto yo un problema de coherencia interna. Porque claro, vale que te creas un cuento (porque es un cuento, como he dejado claro más arriba) de que eres el máximo representante de los estudiantes, y que incluso lo pongas en tu Twitter. O puede valer lo otro, lo de que te hayan elegido como interlocutor en un ámbito interno de un órgano como el CEUNE, y que como tal no tengas responsabilidad alguna en las declaraciones que haces en tu cuenta personal de Twitter. Pero las dos cosas, pues como que no.

Porque yo he sido máximo representante de esos (pero de verdad) en mi Universidad como Presidente del Consejo de Estudiantes, y en mi Twitter he puesto cientos de opiniones sobre cuestiones de política (así como paridas muy variadas, de las que incluso pueden dar vergüenza ajena), y aunque en todo momento estaba claro que una cosa son mis opiniones y otra las que pueda emitir como representante de un colectivo, procuraba no emitir opiniones en contra de lo que decía mi Pleno o mis representados, por aquello de acabar articulando un discurso coherente con mi condición de representante.

Pero el señor Gabriel Martín no ha obrado de la misma forma recientemente, dando lugar a esta ristra de tuits, que ha provocado inmediatamente que algunos representantes de estudiantes, principalmente miembros del Pleno del CEUNE, pidieran su dimisión como Vicepresidente 2º.

Mi respuesta ha sido simple, en 1, 2, 3 y 4 tuits, aunque esta entrada del blog pretende ser una expansión de lo que ya dicen esos tuits, con una explicación más completa.

En fin, que no sé si predico en el desierto con esto. Lo que sí sé es que hoy me he echado unas risas. Y que este post queda como mensaje para Gabri, con mi mejor intención: que en vez de seguir autonombrándote máximo representante pases a considerarte un currante más, aunque en una posición muy particular y privilegiada, claro. Que nunca podré en duda todo lo que curras, pero sí podré dudar cada vez que digas que lo haces en nombre de todos los universitarios de este país.

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