El fin de una época

Hoy he dejado de ser Presidente del CEUM.

Tras la no elección de nuevo presidente en diciembre por insuficiencia de votos, me vi en la obligación moral de presentar una alternativa viable que mantuviera vivo el Consejo bajo mi presidencia, en unas condiciones medianamente razonables de legitimidad. Por ello, lo primero que hice fue anunciar una moción de confianza, en la que el Pleno podría decidir sobre mi continuidad. Y lo siguiente, elaborar un plan de trabajo y de actuación que vi bueno y necesario para poder sacar adelante el Consejo.

Tras unas dos horas de debate, el Pleno ha decidido que no soy merecedor de la confianza que solicité, lo que me obliga legal y moralmente a dimitir. A falta de un presidente, la organización será temporalmente a través de una junta gestora que mantenga vivo el órgano hasta una nueva convocatoria de elecciones.

En casi dos años de presidencia, han sido muchos los problemas a los que me he enfrentado. Contando o no con la comprensión de según qué gente, he intentado afrontarlos como mejor sé: siendo fiel a mis ideales, y con el compromiso de defender lo mejor posible los intereses de los estudiantes de la Universidad de Murcia.

Tras esta parte casi "institucional", llego a la parte de los agradecimientos. Pocos, pero importantes.

Por un lado, agradecer a los que me han apoyado hasta el último momento (10 votos a favor de mi confianza de 26 totales, muchos más de los que, viendo el panorama de esta tarde, hubiera esperado). Espero que sepan apoyar a la nueva gestora y ayudar en sacar adelante al Pleno.

Por otro, a mi delegación de alumnos, que siempre ha sido un apoyo constante y firme a mis acciones en el CEUM. Si no hubiera sido por estar en una delegación como la mía, me hubiera sido imposible conseguir todo lo que he logrado.

También agradecer a la Mesa que estaba dispuesta a trabajar conmigo de haber salido bien lo de esta tarde. Ana, Santi, Juandi y José Javi han creído que yo no estaba, a fin de cuentas, tan loco, lo cual aún me da fuerzas para creer que, después de todo, a lo mejor no voy tan desencaminado en mis propuestas y acciones (o a lo mejor simplemente me los estoy llevando conmigo a la locura, quién sabe).

Por último, y por encima de todos, agradecer enormemente a Alberto absolutamente todo lo que ha hecho por mí como mi Delegado de Facultad y excelente compañero de trabajo. Tanto en los elogios como en las críticas ha sabido estar a mi lado y darme como nadie ha sabido hacer el apoyo necesario para llevar adelante cuantas cosas han sido necesarias.

Como ya he adelantado por Twitter, ahora soy un poco más libre. En parte estoy contento por ello. Por otra parte, se me hace raro esto. Pero pronto me acostumbraré, como a todas las nuevas situaciones que he ido viviendo.

Por la última parte, no me entristecerá esta derrota personal si sirve para alcanzar un mejor futuro para el CEUM. Confío en muchos de los miembros del Pleno y en la junta gestora al completo. Espero que sean capaces de afrontar la nueva etapa del CEUM de manera satisfactoria, sobre todo para que mi despedida no sea como la de Alfonso XIII, sobre todo en lo referente a las luchas fraticidas que, no obstante, acabaron produciéndose cinco años más tarde. Espero que sepamos aprender de la Historia, pues demostrará que, después de todo, el Pleno del CEUM aún tiene criterio para decidir satisfactoriamente sobre su futuro.